En el área del comercio internacional, la reciprocidad se refiere a un acuerdo entre dos o más países para reducir mutuamente los aranceles y aranceles sobre los bienes comercializados entre ellos. La reciprocidad ha jugado un papel importante en la política comercial de los Estados Unidos desde 1934, cuando se inició el Programa de Acuerdos Comerciales Recíprocos para reducir los aranceles y otras barreras comerciales. En el marco de ese programa, Estados Unidos negoció acuerdos comerciales bilaterales con otros países. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) entró en vigor. Disponía que los acuerdos comerciales multilaterales se negociaran en una serie de “rondas”, la más reciente de las cuales fue la Ronda Uruguay que concluyó en 1993. El GATT representa la reciprocidad general, donde las naciones que consienten acuerdan reducciones mutuas y equivalentes de las barreras comerciales.
En los Estados Unidos, los aranceles habían alcanzado un pico a principios de la década de 1930 como resultado de la política proteccionista del país. En 1934 entró en vigor el Programa de Acuerdos Comerciales Recíprocos. Bajo ese programa, Estados Unidos buscó aumentar sus exportaciones y sacar al país de la Gran Depresión. El presidente estaba facultado para negociar tratados bilaterales con otras naciones para reducir los aranceles hasta en un 50 por ciento de sus niveles de 1934. Para que un tratado de ese tipo se celebre con otro país, es necesario que el otro país corresponda o acepte una concesión arancelaria equivalente.
A los países con los que Estados Unidos había negociado reducciones arancelarias recíprocas se les otorgó la condición de nación más favorecida (NMF). Todos los países con estatus NMF eran elegibles para recibir las mismas reducciones arancelarias que se negociaron en los acuerdos bilaterales. En el caso de los productos básicos, los Estados Unidos a menudo concedían la reducción arancelaria NMF sólo al principal proveedor del producto básico a los Estados Unidos.
Dos enmiendas introducidas a fines de la década de 1940 modificaron el Programa de Acuerdos Comerciales Recíprocos original y dieron a los Estados Unidos más flexibilidad para otorgar y retirar reducciones arancelarias. Una cláusula de escape introducida en 1947 permitió a Estados Unidos volver a imponer aranceles sobre cualquier importación que causara daños imprevistos a los productores nacionales. En 1948 se añadió la cláusula de peligro; otorgó a la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos el poder de recomendar reducciones arancelarias máximas permisibles que no dañarían a los productores nacionales.
Los acuerdos comerciales recíprocos pueden abarcar más que la reducción de aranceles. El acceso equivalente al mercado es un tipo de reciprocidad en el que los socios comerciales acuerdan permitir que las empresas de cada uno operen en los países de cada uno. La reciprocidad puede implicar la extensión de un trato nacionalista restringido por parte de una nación a las empresas de otro país que operan en su país, pero solo en la medida en que sus empresas puedan operar en el otro país. El trato nacional, otro tipo de reciprocidad también conocido como trato equivalente, es el trato de los bienes producidos en otro país como si fueran bienes nacionales.
Por lo general, la reciprocidad se considera una política políticamente segura y también económicamente segura. Económicamente, la reciprocidad elimina los riesgos asociados con la reducción unilateral de tarifas, como el déficit de la balanza de pagos. Políticamente, la reciprocidad hace que todas las reducciones arancelarias aparezcan como intercambios en lugar de concesiones.
En los Estados Unidos, los acuerdos comerciales multilaterales que implican reciprocidad son negociados por el presidente y el poder ejecutivo del gobierno, pero deben ser aprobados por el Congreso. Desde 1974, bajo los procedimientos desarrollados por la administración del presidente Richard Nixon, los presidentes de Estados Unidos han tenido “autoridad de vía rápida” para negociar nuevos acuerdos comerciales para abrir mercados extranjeros. Dicha autoridad impidió que el Congreso de los Estados Unidos agregara enmiendas y cambiara dichos acuerdos después de que hubieran sido negociados por el presidente. Pero cuando el presidente Bill Clinton intentó renovar esta autoridad tradicional mediante la introducción de una legislación comercial de vía rápida en 1997, fue derrotado por el Congreso. Como resultado,